Hace un rato veía la tele (cosa que hago muy poco) con Juli, mi hijo mayor. Tiene ya 10 años y, como me demuestra cada día, las cosas muy claras. Veíamos un reportaje en el que contaban lo que los españoles gastaremos en lotería de Navidad, en comidas, regalos, etc etc...
Y le pregunto:
- ¿Qué celebramos en Navidad?
Y sin dudarlo un segundo, me dice:
- El nacimiento de Dios.
Y yo he pensado dos cosas:
1ª Cualquiera lo diría por lo que vemos en la tele.
2ª Creo que lo estamos haciendo bien con nuestros hijos.
... Y me pregunto qué hemos hecho de la Navidad, o quizá mejor, que dejamos que hagan todos éstos que se pasan un año entero tirando piedras contra los católicos de un acontecimiento tan grande... el nacimiento de Dios.
Yo lo voy a celebrarlo con austeridad porque así me gusta y porque no tengo más remedio. Mis hijos tendrán sus Reyes, un regalo cada uno, y pondremos el árbol porque les encanta. Pero en Navidad, desde el día que pongamos el Belén los rezos de la noche no serán en la cama sino en el Pesebre y la noche de Nochebuena bendeciremos la mesa de forma especial, rezaremos antes de comer...seguro que caerá algo de vino incluso cava. Sonreiremos felices porque estamos juntos y lloraremos al recordar a los que se nos han ido... porque estamos celebrando, como dice Juli, un cumpleaños.
Celebraremos, un año más, que Dios ha nacido y cada día le pido que nazca en nuestro corazón, especialmente en el de mis hijos.
Hoy me siento especialmente orgullosa de mi labor como madre.
