martes, 3 de agosto de 2010

Carta a papá, pedro y salva




Cada noche, ya en la cama, vuelvo a estar con vosotros. Como hace tanto tiempo, tú en tu moto, con tu eterna sonrisa, siempre tan cariñoso. Tú con la guitarra, alegrando todas las reuniones. Y tú, papá, en plan patriarca, mirándonos a todos. Alegre.

 Cada noche, ya en la cama, vuelvo a estar contigo. Te recuerdo con mi hijo, leyendo libros de dinosaurios, contándole historias que aún no se si eran inventadas. Cada noche te recordamos, hablamos de tí, su abuelo. El que le hizo ser del madrid, él que le metió en el cuerpo el gusanillo del futbol. Cada noche, papá, te echo de menos. Y me pregunto porqué no te besé más, porqué no te dije lo que te quería y lo mucho que he disfrutado viéndote feliz con tus nietos .... te quiero y no sé cómo llenar el hueco que me has dejado.

 

Cada noche, ya en la cama, recuerdo tus risas, tus bromas, tu eterna felicidad, siempre optimista, hasta el último aliento de tu vida. Y recuerdo cuando, de pequeños, jugábamos juntos en la calle, nos bañábamos juntos ... me haces tanta falta. Y tengo tu nº en mi móvil y de vez en cuando llamo, que locura, no hay nada al otro lado, sólo tu ausencia infinita y este dolor que se me ha clavado en el alma.

 

Cada noche, ya en la cama, recuerdo esa guitarra que nadie como tú tocaba, como cogías en brazos a la enana, cómo tu silencio de los últimos años formaba parte de nuestra vida. Yo hacía planes para que nunca estuvieras solo, pero no me has dado ese trabajo, te has ido como fue tu vida, serenamente, sin dar un grito, en silencio y has dejado en mí el pinchazo más terrible que nunca imaginé. Tu ausencia diaria es cada día más grande ... no puedo mirar tu foto.

 

Cada noche, ya en la cama, acabo un día más sin vosotros tres. Un día más con este dolor que no me deja sonreír, nunca nada será como antes, cuando no había miedo, cuando éramos felices, cuando estábamos todos juntos. Nunca más el roce de vuestra piel, vuestros besos, vuestra compañía que me hace tanta falta.

 

Cada noche, ya en la cama, rezo porque es éste el único consuelo que tengo. Sé que estáis en buen sitio, porque los tres lo merecéis, tres buenas personas que volaron antes de tiempo y han dejado una familia triste. Sólo me queda pedirle a Dios que os tenga a su lado y darle las gracias por los años que compartimos que se me hacen escasos. Pero no hay ni un día más, sólo me quedan los sueños, cada noche ya en la cama.

 

Siempre estaréis en mi corazón.

(Publicado en el Libro de las Fiestas de San Martín de V. en 2009)

 

1 comentario:

  1. Hay ausencias que no pueden llenarse, sólo nos queda el consuelo de los benditos buenos recuerdos. Un beso.

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